Hoy, después de un largo tiempo sin verme presente como participante del foro, vuelvo movido por el deseo de apreciar sus valiosos comentarios, como en aquellos años donde nos reuníamos a compartir sobre diversos temas, entre los que destacaba el boxeo.
Como deben saber mis estimados contertulios, el veterano de mil batallas, el Verdugo, Bernard Hopkins intentó defender su supercampeonato mundial ante el boxeador de origen ruso Sergey Kovalev.
El resultado, por un lado, fue contrario a las expectativas que, al menos este servidor, tenía de la pelea, pues aunque consideraba con mayores posibilidades de triunfo a Kovalev, el ruso, comprendía perfectamente que a la edad de Bernard mantener un nivel tan alto era muy aventurado, me esperaba un mejor desempeño de su parte.
Sin desmeritar a Kovalev, debo pensar que la edad influyó en la pelea.
Finalmente vi a un Hopkins muy disminuido, una leyenda muy por debajo del nivel, de ese legendario nivel que vimos quienes hace tantos años lo vimos pelear por primera vez.
En mi caso, no me quejo, hace más de diez años vi pelear por primera vez a Hopkins, cuando ya era campeón del mundo, y ahora, después de tanto lo veo resistir 12 asaltos ante un púgil invicto y noqueador.
No, no fue la mejor pelea que le han hecho a Kovalev, pero hay que reconocerle a Hopkins por ser el único que no sucumbió ante su poderosa pegada.
Hopkins trato de ocultar una realidad indiscutible, cuando dijo que fue la técnica de Kovalev la causa de su evidenciada derrota, y no mencionar si quiera que su velocidad para lanzar golpes ya dista de ser lo que fue años atrás.
Para mi, fue la velocidad en los puños de Hopkins, que al ver que no lograría su objetivo, y sabiendo que quedaría propenso a un contragolpeo del ruso, prefirió evitar lanzar golpes todo lo que pudo.
Hopkins a envejecido, no es el mismo, pero su envejecimiento a sido impresionante, a sido mucho más lento que el de cualquier otro boxeador, sin embargo, me asombra el cardio y la movilidad de piernas que mantiene, y especialmente a todo ello, los reflejos tan agudos.
Casi siempre envejecen primero las piernas, pero no es el caso de Bernard, sus piernas siguen permitiéndole desplazarse como un púgil de primer nivel, pero ya su capacidad de asestar golpes veloces se está extinguiendo.
Mis felicitaciones a Bernard por hacer leyenda en cada una de sus peleas.